El Ministerio de Economía nombró un “Comité de investigadores independientes” que organizó un crucero frente a las costas de Chiloé, para estudiar la causas de la marea roja y el vínculo del vertimiento de salmones putrefactos con las mortandades de mariscos”.
Los supuestos 14 científicos informaron que habían sacado muestras y datos oceanográficos en diversas localidades durante 5 días y que informarían en 3 meses. Como resultado - y supuestamente en representación del Comité de expertos y de los 14 científicos a bordo- la oceanógrafa de la universidad de Concepción indica que “los resultados atribuyen a causas naturales la mayor proliferación de algas, y adelanta en “simples palabras” que las causas de la marea roja son la alta radiación solar del verano pasado, la sequía, que implica menor flujo de los ríos y también el régimen de vientos”.
Esas son -en realidad- palabras demasiado simples como para responder con la rigurosidad que el país espera, los desafíos que esos científicos asumieron después de la crisis de la marea roja y del Chiloé Privao.
Podemos preguntarnos ¿cuál podría ser la respuesta fisiológica o poblacional de Alexandrium catenella a la sequía? y ¿qué experimentos o seguimientos poblacionales pudieron hacerse en el crucero de 5 días para sustentar tal ambigüedad?
Y ¿cuales son los datos o experimentos que sustenten la dominancia de A. catenella en función de la radiación solar? o del régimen de vientos? o de la estructura del agua y la mezcla como causales? Y como explican que otras especies de fitoplancton no aprovecharon competitivamente esas misma condiciones? Estas relaciones de causalidad de marea roja no han sido resueltas aun en otras partes del mundo y sería muy interesante conocer de las publicaciones o de los datos que sustentan tales imprecisiones, que más bien inducen a confundir a la ciudadanía.
Fueron estas condiciones de viento, sequía, temperatura coincidentes solamente con las áreas de marea roja? Puede El Niño o el calentamiento global (esgrimidas antes, por la misma oceanógrafa y otras fuentes de gobierno, como los causantes de la marea roja), localizarse justo y solo en las áreas de marea roja, cuando en realidad estos son fenómenos que cubren inmensas áreas oceánicas. Las enfáticas aseveraciones plantean estas y otras contradicciones y paradojas.
En la declaración a Radio Cooperativa la oceanógrafa indica que estas mismas serian incluso las causales de una mayor toxicidad del alga. Esta aseveración debe estar sustentado por experimentos en que se contraste la toxicidad de A.catenella con condiciones medibles de “radiación, sequía? flujo de agua dulce? régimen de viento? Las relaciones causales sugeridas son muy sorprendentes ya que la toxicidad de esta especie se ha relacionado con la concentración de saxitoxinas y que la formación de esta es función directa de la concentración de nitrógeno y en especial de amonio (muchas veces relacionado con peces y otra materia orgánica e descomposición).
Una vez más la científica ignora que la relación entre marea roja, nutrientes e incluso mortalidad de peces ha sido ampliamente establecida en otras partes del mundo y no hay experimentos ni datos conocidos en chile que excluyan tal factor con excepción de las declaraciones a priori ( antes del crucero) de parte del gobierno y de grupos de académicos. Incluso, estas relaciones entre marea roja, nutrientes y mortalidad de peces fueron destacados en las exposiciones de expertos extranjeros en el Seminario recién organizado por el INTESAL.
Finalmente la científica concluye que la proliferación algal y su toxicidad no tiene relación con el vertimiento de salmones muertos al mar y que los incrementos detectados no tienen ninguna significancia o una causa-efecto.
Cómo poder aseverarlo si el crucero se realizó cerca de un mes después del vertimiento, por lo que la masa putrefacta, aceitosa y con aditivos químicos pudiera haberse desplazado por muchas millas y en direcciones desconocidas. Nada indica ella, sobre el desconocimiento científico en esa zona, del movimiento local de las aguas, de la formación de remolinos, meandros e incluso de la dirección general de las corrientes superficiales y eventuales surgencias inmediatamente después del vertimiento. Y especialmente porque antes ni después del vertimiento se hicieron tales estudios como lo establece el protocolo de Londres.
No difieren mucho las declaraciones del dirigente de los pescadores, quien aseveró que "si los científicos están diciendo que es un tema de cambio de clima… parte de razón tienen que tener, porque tuvimos un verano muy caluroso, hasta el día de hoy nos damos cuenta de que los temporales que teníamos en otro tiempo ya no son tantos".
Una vez más se hace evidente la necesidad de contar con un centro de investigación y formación de excelencia localizado en Chiloé que cuente con una masa crítica de investigadores confiables, de dedicación exclusiva y permanente para abordar el estudio del mar interior y la cultura chilota.
TA.18 Agosto 2016.