Comentario de Medardo Urbina Burgos
Sobre artículo científico de Gebauer y colaboradores, publicado recientemente en Chemosphere de editorial ELSEVIER.
El origen de la actividad salmonera en Chile
Los albores del cultivo de salmonídeos en Chile con fines industriales, se remontan a 1850, con la instalación de tímidos establecimientos más bien con fines experimentales. Esta actividad logra afianzarse y crecer importantemente en 1920 con la creación de nuevos centros de cultivo y la introducción de técnicas copiadas a los países más desarrollados en este tema, como Noruega, Francia y Suecia.
Pero fue en 1978 cuando esta actividad se instaló plenamente en nuestro territorio con la creación de SERNAPESCA (Servicio Nacional de Pesca) organismo estatal que incentivó a los particulares al desarrollo de proyectos de diversa envergadura especialmente en los canales patagónicos, de Chiloé al sur. Este impulso provocó el veloz crecimiento de la actividad de tal modo que ya en 1985 existían 36 Centros de Cultivo con una producción anual cercana a las 1.200 toneladas, que al año siguiente se incrementó a 2.100 toneladas, generando un ingreso económico no despreciable que hacia el año 2008 convertían a la actividad salmonera en la segunda unidad en importancia económica nacional después del cobre.
Observaciones y efectos deletéreos de la actividad sobre el ecosistema marino
Sin embargo, a pesar de los altibajos propios de cada actividad, (incluyendo el desastre provocado por el Virus ISA a partir del año 2007) la industria salmonera continuó creciendo, casi sin ningún control estatal y la mirada de los distintos gobiernos estaba puesta en la productividad económica, ignorando deliberadamente los efectos que esta actividad estaba provocando o provocaría en el futuro en todo el ecosistema marino de las áreas de distribución de las jaulas de cultivo.
La eutroficación de los lagos del sur.
Fue entonces cuando se levantaron algunas voces llamando la atención al gobierno y a SERNAPESCA sobre las nefastas consecuencias en el ecosistema vecino o lejano a los centros de cultivo no tan sólo del salmón, sino además de otras especies desarrolladas por la Acuicultura. En efecto, los estudiosos de diversas universidades comenzaron a detectar numerosos y variados efectos en la eutroficación de los lagos del sur de Chile como consecuencia del depósito y distribución de enormes cantidades de deposiciones en el fondo de las masas de agua, como consecuencia de la desenfrenada alimentación de los ejemplares juveniles (smolt) –que se crían en los lagos de agua dulce- que las empresas provocaban con el objeto de lograr un mayor y mejor crecimiento de los ejemplares contenidos en las jaulas.
El proceso contempla el traslado de los ejemplares juveniles a aguas marinas con el objeto de continuar la alimentación y crecimiento de estas poblaciones del modo más rápido posible (*).
El barro putrefacto bajo las jaulas
Este mecanismo fue generando la formación de un barro putrefacto acumulado bajo las jaulas de cultivo –tanto lacustres como marinas- y desplazado a otras áreas por el flujo de corrientes. Este solo hecho generó –y sigue generando- diversos efectos en el desarrollo y/ o la letalidad de otras especies tanto bentónicas como pelágicas del ecosistema marino de los canales australes, en una magnitud que aún no se ha determinado. Dentro de este esquema geográfico de la Patagonia Chilena, Chiloé fue la primera área de instalación de centros de cultivo, no tan sólo de salmones, sino también de otras especies marinas, como choritos (Mitylus edulis chilensis), choro zapato (Choromitylus chorus), cholgas (Aulacomya ater), ostras chilenas (Ostraea chilensis), ostra japonesa (Crasostraea gigas), abalones (Haliotis sp… y locos (Concholepas concholepas), todas las cuales representan grandes concentraciones de individuos en un área relativamente estrecha (área de concesión) provocando la acumulación de detritus, excretas y residuos de distinta naturaleza, en el fondo marino bajo la forma de sedimentos, contaminando el sustrato en el que se asientan normalmente las especies bentónicas. Sin embargo las universidades han reaccionado –aunque tal vez tardíamente- en el estudio, análisis y consecuencias de numerosos factores derivados de la actividad salmonera y algunos de sus resultados son abismantes, sorprendentes y especialmente preocupantes, toda vez que queda en evidencia la indiferencia de los diversos gobiernos sobre este tema. La verdad es que el Estado se preocupa de esta materia, pero sólo de la productividad, más no de las consecuencias deletéreas de la acuicultura en el medio ambiente marino.
Exagerada cifra de antibióticos
Por ejemplo, ha sido motivo de atención, de parte de los medios de comunicación, el uso de cantidades extraordinariamente elevadas de antibióticos que –con fines terapéuticos para los salmones- son lanzadas al mar por parte de las empresas salmoneras chilenas, cifras que deberían ser aún mayores debido a que un buen porcentaje de estos Centros de Cultivo, se han negado a informar sobre este punto.
Desde diversas fuentes fidedignas se ha publicado que Noruega, que es el primer productor mundial de salmón, utiliza al año una cantidad menor de 1 tonelada de antibióticos en sus centros de cultivo, y Chile, que es el segundo productor mundial utilizó en el 2015 ¡663 toneladas de antibióticos!
Dudas en el campo de la verdad
Cuando los periodistas consultaron a las autoridades de SERNAPESCA sobre la magnitud del uso de antibióticos por parte de las empresas nacionales, el personero señaló: “para dar a conocer las cifras solicitadas necesitamos tener la autorización de las empresas” aseveración que deja en tela de duda la veracidad de las cifras calculadas, debiendo suponer que el uso de antibióticos por las empresas chilenas podría ser aún mucho mayor que las 663 toneladas anuales informadas a los medios. También -con esta respuesta- se pone en duda si las directrices, las normas y la fiscalización a esta actividad las determina ¿SERNAPESCA o las empresas involucradas?
Consultado sobre este tema, un experto noruego señaló que “existe un peligro en el uso indiscriminado de antibióticos en el manejo de las enfermedades de los salmones, no tan solo por estimular la resistencia antibiótica, sino también por el efecto que podría tener en la población humana”.
Un descubrimiento reciente
Recientemente, en Julio de 2017, la revista científica Chemosphere publicada por la Editorial ELSEVIER, de reconocido prestigio en el mundo de las Ciencias, ha dado a conocer un interesante artículo elaborado por la Dra. Paulina Gebauer y un selecto grupo de científicos nacionales de diversas universidades que participaron en el estudio, en el que se analizan los “efectos letales y sub-letales de cuatro productos utilizados como pesticidas por la industria salmonera para el control de copépodos parásitos que atacan al salmón”. (*)
En el resumen del trabajo se lee: “Los pesticidas usados por la industria del salmón para tratar a los copépodos parásitos, son aplicados “in situ” por medio del lanzamiento de una solución del producto en el área de cultivo y son, subsecuentemente descargados al medio circundante”.
Más adelante los autores señalan que “en el estudio se analizó los efectos de 4 productos (cypermetrina, deltametrina, azamethiphos y peróxido de hidrógeno) sobre las larvas de Metacarcinus edwardsii un importante crustáceo en la pesquería chilena”.
La muerte de todas las larvas
Más adelante se lee:” Todas las larvas murieron o estaban moribundas después de 30 minutos de exposición a cypermethrina y después de 40 minutos de exposición a deltamethrina a concentraciones 100 a 20 veces más bajas que las concentraciones y tiempos de exposición que las recomendadas por el fabricante para el tratamiento del copépodo parásito”.
Por otra parte “el producto azamethyphos afectó a todas las larvas a concentraciones 10 veces menores que las recomendadas por el fabricante y el peróxido de hidrógeno tuvo efectos deletéreos que afectaron la sobrevivencia de las larvas del crustáceo.”
El efecto a otras áreas más amplias
Más adelante los autores concluyen: “debido a las características de cada uno de los productos, el efecto letal de los pyrethroides probablemente se encuentre restringido al tiempo y área de aplicación, mientras que la acción de azamethyphos podría extenderse a un área más amplia.”
Al término del resumen los autores señalan: “Los datos disponibles en la actualidad son insuficientes para conocer la real dimensión del efecto de estos compuestos sobre el área de aplicación. Se requiere más investigación para evaluar las consecuencias de tiempos de exposición prolongados a estos productos y/o la reducción en la motilidad de los apéndices, como también los efectos de estos compuestos sobre las comunidades bentónicas y pelágicas” (***).
Corolario
A raíz del impactante desastre provocado por las salmoneras con el vertimiento de miles de toneladas de salmones en descomposición en aguas oceánicas frente a Chiloé entre el 14 y el 23 de marzo 2016 se desató una seguidilla de fenómenos, tanto biológicos, como sociales: 1.- el primer impacto fue la aparición de la más intensa y extensa mancha de marea roja conocida en el país, que provocó - por ejemplo- la mortalidad de millones de machas en las playas de Chiloé occidental, recurso marino importante que se vio diezmado por el fenómeno; 2.- la aparición de un movimiento espontáneo masivo de pescadores y recolectores chilotes que se denominó “Chiloé está Privao”(el término “privao” en Chiloé significa ”enojado”) en rechazo a las medidas tomadas por SERNAPESCA y el Gobierno, fenómeno que mantuvo en aislamiento a la isla grande de Chiloé por varias semanas, con graves efectos en el abastecimiento de combustibles y alimentos, como en el riesgo a la población en materias de asistencia médica.-
A poco andar, las empresas salmoneras que ya habían provocado la catástrofe en Chiloé, sin conciencia alguna por el daño ambiental generado, se lanzaron a solicitar concesiones marítimas hacia el norte y hacia el sur de Chiloé, incluyendo las prístinas aguas de los fiordos y canales de Magallanes, área geográfica –esta última- caracterizada por tener las aguas más limpias del planeta.
Por lo antes expuesto tenemos el peligroso concepto de que las empresas involucradas constituyen un potencial y grave riesgo para nuestros ecosistemas marinos y costeros, parecen carecer de conciencia y cuidado del medio ambiente; poseen un apetito infinito por el dinero y parecen no sólo compartir conceptos sino también recibir el apoyo de los personeros de Gobierno y del propio Gobierno, en aras de conseguir materializar sus funestos planes.
(*) Copépodos: grupo de crustáceos pequeños que mayoritariamente forman parte del zooplancton, pero algunas especies se han hecho parásitas de otros seres vivos.
(**) Los salmones son peces “eurihalinos”= logran vivir tanto en aguas dulces como en aguas saladas.
(***) Bentónicos: especies que viven en el fondo marino.
Pelágicas: especies que viven nadando en las capas superiores del mar.