Una lágrima se escapó de mis ojos cuando me enteré del fallecimiento de la “gringa” linda, de la gringa chilota, de la gringa del andar rápido, al igual que su labia, de esa gringa a la cual esta parte del sur del mundo le debe mucho. Me refiero a Katherine Hall, o simplemente la Katty que nos hizo alegrarnos y emocionarnos con sus interpretaciones en flauta traversa de la música que interpretaba junto a Bordemar.
Pero no solamente allí, sino que en aquellas interminables terturlias en la casa en que vivía en Camino a la Chacra, en la parte alta de Castro, cuando frecuentemente era “visitada” por los agentes de la CNI por su trabajo, a pesar de ser extranjera, en defensa de los derechos humanos y la democracia, cuando ésta era pisoteada.
Recuerdo a esa gringa valiente, esforzada, a esa académica y estudiante de Oxford, de esa gringa que te decía con pasión infinita cuando te despedías de ella ¡¡¡Venceremos!!!!.
Siempre la encontrábamos en Santiago, Osorno, Punta de Tralca, Puerto Montt y, por supuesto Chiloé. Siempre se le encontraba cuando había un dolor que mitigar, un hombro para llorar. Es que así era ella, era un inacabable abismo de ternura, generosidad y solidaridad.
La recuerdo de esa manera comprometida con un trabajo social y político, comprometida a tal extremo de abandonar a sus familiares y radicarse en su país, como señalaba al referirse a Chile. Sin duda creo que Chiloé le debe mucho a Kathy, no sólo su legado musical, sino que su legado antropológico, su legado cultural, su legado intelectual.
Chile le debe mucho a esta gringa valiente, le debe, como a miles de chilenos, esta democracia, le debe su innegable compromiso por el ser humano, le debe mucho.
En fin, hoy se ha ido la Katty, pero estoy seguro, donde esté, seguirá disfrutando alegremente su estada, seguirá tocando su flauta traversa entregando acordes de amor; se nos fue una gran mujer, se nos fue una gran luchadora, se nos fue la gringa chilota y el teatro callejero, la comunicación popular, la música, la poesía y esta democracia debe y tiene que estar de luto. Hasta siempre querida Katty.