Comentario escrito por Dr. Carlos Trujillo
Profesor Emérito de Villanova University (EEUU)
En Castro, el archipiélago de Chiloé, de igual modo que en Valparaíso y me atrevo a decir que en gran parte de nuestro país es totalmente innecesario dar explicaciones sobre el trabajo académico del autor que nos convoca en esta ocasión. Sin embargo, pensando que en este verano castreño, tal vez haya un buen número de visitantes asistiendo al lanzamiento de Castro 2016. Anatomía de una Ciudad Intermedia y su Hinterland, me limitaré a decir que Rodolfo Urbina Burgos, castreño de nacimiento, es Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, España, ejerció la docencia y la investigación en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, entre 1968 y 2010, y es Miembro de Número de la Academia Chilena de la Historia y de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile.
Su labor historiográfica es larga y variada, pero publicación tras publicación se ha hecho evidente que su mayor interés como tema de estudio ha sido su ciudad natal, Castro, y el archipiélago de Chiloé en su conjunto. Coincidiendo con Juan Eduardo Vargas Cariola, debo decir que en general, la obra total del Dr. Urbina nos entrega “una historia viva” […]; una reconstrucción del pasado en la que los hombres, al ser descritos a base de sus intereses, dudas, mitos, prejuicios, religiosidad, imágenes, alegrías y sufrimientos, cobran una fuerza vital que pocas veces está presente en las obras de historia”.
Sin embargo, debo señalar que Castro 2016. Anatomía de una Ciudad Intermedia y su Hinterland, se aparta en varios sentidos de sus publicaciones anteriores. En primer lugar, porque no se trata de un libro de investigación historiográfica, como bien lo señala su título, Castro 2016. En este libro, el historiador ha desatendido por un rato la investigación académica para poner el ojo y la pluma certeros en el presente, de una ciudad y de su entorno –llámese el Archipiélago de Chiloé. Y en segundo lugar, porque junto a su nombre aparece el de una co-autora, su compañera de vida y de academia, la Dra. Andrée Froese Kirch, y que al adentrarnos en sus páginas, nos va dando la imagen de proyecto familiar al ver las abundantes fotografías aportadas por el Dr. Medardo Urbina Burgos, hermano menor del autor, además de editor del volumen, y las aportadas por Andrea Meyer Froese, hija de la coautora. A mi parecer, esta valiosa y singular colaboración, le otorga al volumen un carácter muy peculiar, puesto que por tratarse de un libro sobre Chiloé, este trabajo en colaboración deviene en una verdadera minga que en mayor o menor proporción ha unido los talentos de estas cuatro personas, ya no para sembrar papas, cosechar trigo o avena, o levantar una casa para un vecino, sino para entregarnos a chilotes y foráneos, y de igual modo que los ciudadanos y las ciudadanas comunes, a las autoridades locales, provinciales y regionales una mirada amplia, certera y sumamente necesaria del presente de nuestra ciudad y nuestras islas, una mirada llena de amor, admiración y respeto que nos permite viajar junto a los autores en su recorrido por Castro y Chiloé, subir y bajar cuestas, cruzar de una isla a otra en transbordador, descubrir la notable mejora en los caminos chilotes --principalmente en los más utilizados--, hecho que facilita el desplazamiento de un lugar a otro y motiva al viajero a recorrer este archipiélago que gracias a la facilidad de desplazamiento se vuelve verdaderamente un archipiélago de encanto.
Castro 2016. Anatomía de una Ciudad Intermedia y su Hinterland es un libro de cuidadísima edición, organizado en cuatro partes cuya secuencia nos ofrece una imagen actualísima de la ciudad de Castro, algunas notas sobre la cultura turística y el mundo de los escritores, Castro y su hinterland (palabra que yo, como chilote, hubiera preferido en castellano), y los desafíos futuros de Castro y Chiloé.
Castro 2016 es un bellísimo cuaderno de notas, es un libro de viajes, en el que Rodolfo Urbina y Andrée Froese van viajando, observando y redescubriendo Chiloé, y como avezados viajeros y conocedores de estos lugares, reencontrándose con los paisajes y las costumbres de la gente, y tramo a tramo van comparando lo que ven con lo que han visto en sus viajes anteriores. Su bien cuidada y agilísima pluma consiguen que el lector pueda disfrutar cada una de sus páginas, tal como si estuviera viendo directamente el paisaje descrito. El lector sube y baja por los caminos chilotes como acompañante de los autores, ve lo que ellos ven, disfruta lo que ellos observan y hasta sienten la necesidad de un pisco sour cada vez que ellos se detienen a descansar, a comer algo para seguir andando, y a comentar lo recién observado.
Por esta razón, Rodolfo y Andrée no sólo son testigos in situ de lo que describen sino que igualmente una suerte de personajes insertos en el mundo que describen y comentan, así como lo es Neruda en su Canto general (“Yo estoy aquí para contar la historia”) o el propio Alonso de Ercilla en La Araucana, narradores-observadores, a la vez que personajes participantes del mundo que van revelando línea a línea a sus lectores. Cronistas de estas islas cada vez menos remotas, a la manera de los Cronistas de Indias, observadores agudos, talentosos, conocedores del mundo que describen, no sólo por estar en medio de éste sino por el entrañable amor que tienen por esta tierra y por su gente.
No quiero quitar tiempo a la presentación que los autores harán de su libro, pero antes de dejarles el micrófono a ellos quiero adelantarle a la audiencia que el libro de Urbina y Froese no sólo les entregará una imagen amplia y profunda del Chiloé de hoy y los obligará a remirar nuestra ciudad y nuestras islas, a preguntarse qué nos está faltando para ponernos al día y competir de igual a igual con otras zonas del país e incluso con otros países en mundo tan competitivo como el de hoy, particularmente en el ámbito del turismo y el cuidado inteligente de nuestros recursos naturales, o más específicamente en un punto que me parece valiosísimo, por qué no privilegiar lo chilote en Chiloé, por qué no –se pregunta el Dr. Urbina—por qué no re-nombrar al menos algunas de nuestras calles y sitios públicos con nombres que pongan a la vista de chilotes y visitantes a personajes, sitios y/o hechos importantes de nuestra historia, es decir de la historia del archipiélago de Chiloé.
En este punto creo que el Dr. Rodolfo Urbina Burgos pone el dedo en la llaga, haciendo un llamado de atención a la comunidad castreña y chilota, así como a nuestras autoridades, no sólo a preservar y fortalecer lo que tenemos sino a valorar lo nuestro y con ello nuestra historia que como sabemos no se inició en 1826.
Por último, quiero felicitar al Dr. Rodolfo Urbina Burgos, a la Dra. Andrée Froese Kirch y a todos sus colaboradores por este hermoso libro que no sólo nos ofrece una amena, necesaria y muy productiva lectura sino porque debiera ser un libro de consulta para nuestras autoridades quienes deberían empezar a mejorar lo que falta, para que entre otras cosas, en un plazo lo más breve posible, los autores de este libro, así como los lugareños y los esperados visitantes puedan desplazarse sin problemas no tan solo por los caminos que unen a los centros urbanos más importantes sino también por los caminos rurales utilizados diariamente por la población chilota, tarea que no sólo facilitará la vida y el trabajo de los lugareños, principalmente en nuestros duros inviernos, sino que también atraerán a un gran número de visitantes que podrán disfrutar del mundo y los paisajes rurales, de esa escasa ruralidad que nos va quedando.
Astillero, 5-6 de febrero de 2018
CASTRO 2016
Anatomía de una Ciudad Intermedia y su Hinterland
Rodolfo Urbina Burgos
Andrée Froese Kirch
Editorial Okeldan, 2016. 315 pp.