La pelea en la Estación
¿Como olvidar los pugilatos que se armaban en el Puerto o en la Estación? Jamás podré olvidar la pelea entre el Ñato Zúñiga y Aureliano Velásquez, allí, en el único lugar pavimentado de Castro. En el mismísimo andén, se trenzaron a golpes. Los puñetazos sonaban secos en las quijadas o en las costillas, pero lños contendores no aflojaban ni un centímetro en sus respectivos territorios, la sangre corría por las respectivas narices y más de un ojo quedó “en tinta” después del agresivo encuentro. La causa era la prepotencia de Velásquez y la intolerancia del Ñato Zúñiga. Nunca podían ponerse de acuerdo, de modo que la lucha debería ser a muerte. Los contendores bufaban, “sudaban como testigo falso”, de a poco iban pediendo sus ropas y los encontrones eran macizos y contundentes, y cuando la gresca estaba teniendo visos de funeral, Don “Bicho” Caro, cual jurado de contienda boxeril, tocó la campana que existía para anunciar la llegada del tren. Después del campanazo –como por encanto o magia- ambos contendores se separaron y se terminó la pelea, concluyendo la función para nosotros, los pelusillas del barrio –que gritábamos a más no poder- haciendo barra por uno y otro contendor. Al atardecer, una vez que todos se retiraron a sus respectivos hogares, la Estación fue invadida por el silencio apacible de Chiloé, y en el andén, sólo quedó brillando tenuemente, sobre el pavimento, el diente olvidado de uno de los contendores.”
Fragmento del libro “Entre barcos y trenes” de Juan Pedro Miranda.
Editorial Isla Grande . 130 páginas, con fotografías de la Colección Alberto Trivero. Trama Impresores. 2009.
- Medardo Urbina Burgos
- Fragmentos de Libros Editorial Okeldán
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