“Cerca del mediodía llegaron al pueblo, cruzaron la calle principal y se dirigieron a la pequeña iglesia junto a cuyo atrio les estaba esperando la sombra tambaleante de Nino Ojeda Bahamonde, el cuerpo maloliente, la mirada inexpresiva, el rostro idiotizado por el alcohol y la baba cayendo en abundancia desde su bocaza roja de bestia.
En cuanto el carretón detuvo la marcha y el hermano de la novia procedió a amarrar las riendas, Nino Ojeda Bahamonde, en todo de sorna y para despertar la risa de los amigos de juerga, se acercó a la novia con un ademán teatral, y cuando Vea Esperanza pensaba que le iba a dar la mano para ayudarla a bajar, de un zarpazo la tuvo en tierra, le lamió el rostro como quien degusta un trozo de caramelo, puso sus manos entre las piernas de la muchacha e intentó besarla a la fuerza ante la risotada de la comparsa de tragos.
Entonces la ex soberana de Nercón se atrevió a alzarle la voz, con el rostro encendido por la vergüenza.
-¿Cómo puedes venir a casarte en estas condiciones?
-¿Cuáles condiciones?
-¡Así todo borracho, babeando y oliendo a alcohol!
-Estoy de lo mejor.
-Siquiera te hubieras presentado decente por vergüenza a tus padres.”
Fragmento del cuento “El Debut de Miss Nercón” en el libro LAS PUNTAS DEL AGUA de José Teiguel.
Editorial Isla Grande 2009. 174 páginas. Trama Impresores.