(Para mi amigo Carlos Trujillo, El poeta de las islas… de la lluvia)
Nada has dicho, hermano
De tu paso por el mundo
De tus vuelos tramontanos
De tu vuelta a Chiloé.
Del volar por otros cielos
De la selva, de los montes
De los gritos del tricahue
Del subir a Cochabamba.
Nada, mudo te pareces
Yo supongo reflexionas
No equivocas tu camino
Paso a paso subes tú.
Tu mochila vas cargando
Los poemas, las palabras
Arreboles de otros cielos
De las aves el “fru-frú”.
Nada dices de tus libros
Del dibujo de tu pluma
Sobre páginas y pliegos
Sobre el rostro de este mundo.
Del arribo a tu isla
Del cruzar por el Chacao
Del aroma salinoso
De los aires de esos mares.
¡Nada dices hoy hermano!
Ni de traucos ni pincoyas
Ni de imbunches ni de baudas
Ni de fiuras ni machuchos…
Hoy hermano…¡Nada dices!
¿Es que acaso te ha embrujado
El aroma de milcaos y…
El sabor de chapaleles?
¿El sonido de la lluvia
Sobre techos de tejuelas
El andar entre los bosques
Siempreverdes de tu tierra.?
No te culpo ese silencio
No lo dudo, lo disfrutas
Como el canto de los niños
La sonrisa de tu gente.
No lo dudo, porque escuchas
El trinar de los zorzales
El zumbar del picaflor
El croar de los sapitos.
No lo dudo porque sientes
El murmullo de las olas
El retiro susurrante
De la olaya de las playas.
¿Es tal vez ese horizonte
Medio rojiamarillento
De ese sol que no calienta
Del invierno de las islas?.
¿Es acaso ese silencio
De las tardes de remanso
El que envuelve tu memoria
De tu pueblo adormecido?
Nada dices…
Nada dices…
Nada dices…