Ella me contó su historia
Ún día de Viernes Santo
Fue bajo la luz de un cirio
al terminar su rosario
DIjo haber tenido un tío
Que vivía en pueblo chico
Ella una nena de infancia
Él un viejote perdido
Dijo que el malvado tío
Siempre dormía exaltado
Que a media noche gritaba´
Que daba saltos dormido
Que en vida no tuvo paz
Ni tranquilidad ni descanso
No dieron frutos sus huertos
Ni rododendros ni rosasDieron sus flores al viento
La casa en la que vivían
Fue comprada a un hombre solo
Que no tenía familia
El tío pagó sólo una parte
Y el resto jamás en la vida
Venía de vez en cuando
Aquel solitario señor
A cobrar la deuda magna
Que el tío siempre debía
Un día cansado el tío
De recibir tal visita
Lo invitó a dar un paseo
A sitio tan solitario
A sitio tan desvahido
El hombre bueno y confiado
Nunca sospechó aquella treta
El tío tan desgraciado
Sacó a lucir su cuchillo
Y en un momento el silencio…
Y en un momento la noche…
Y en un momento el cuchillo.
Sangró de muerte aquel hombre
El desconsuelo y la rabia
El tío tenía ya hecho
Un hoyo bajo un gran árbol
Allí lo arrastró esa tarde
A las sombras de la noche
Y luego volteó aquél árbol
Sobre la tumba ocultada
Del hombre aquel no se supo
Nunca ya nadie lo ha visto
Sólo el mal tío sabía
El daño que había hecho
Por eso siempre dormía
Mirando hacia la ventana
Como esperando de pronto
Viera a su víctima entrar
Para cobrar la venganza
Dormía siempre mi tio
Con el cuchillo asesino
Bajo su almohada de noche
La paz huyó de su rostro
No tuvo nunca alegría
Sólo la tristeza y el llanto
Sospecho que presentía
La presencia del occiso
Sentado junto a su cama
O de pie en la cabecera
No pudo olvidar la mirada
De odio en el estupor
Al sentirse apuñalado
A manos de ese deudor
Y así mi tío –decía-
Se fue apagando su vida
Que fue más noche que día
Más tristeza que alegría
Muy pobre murió mi tío
En lo material y en el alma
Llegó la noche a sus ojos
Y un peso negro a su espalda
Huyó de él la sonrisa
Y se escuchaba su llanto
En aquellas noches quietas
Cuando no soplaba el viento
Si algo ganó mi tío
Fue una enorme pesadumbre
No tuvo nunca descanso
Sólo dolor y quebranto.