Historia de Chiloé

Primeros pobladores de Chiloé: 

Aún no hay acuerdo sobre la teoría del poblamiento de estas islas. Algunos autores plantean un origen polinésico y otros, mongólico. También se sostiene el origen desde el continente, de los antiguos indígenas chilenos. Según ésto, los huilliches, "hombres del sur", en idioma mapuche, son los originarios de estas regiones. Pero también se sostiene que los huilliches serían uno de los tantos grupos inmigrantes del archipiélago, junto a los chonos o "payos" y los cuncos. No es descartable tampoco la tesis de las inmigraciones de los polinésicos, quienes habrían influído en la conformación racial de los chilotes.


Primeros HabitantesSiendo excelentes marinos podían navegar extensos dominios de miles de kilómetros, desde el canal del Chacao hasta el canal del Beagle o desde el Golfo de Penas a la Isla Navarino.

En un mar de incógnitas aún no resueltas, parece claro que los chilotes originarios tomaron contacto con los cuncos, huilliches, araucanos y luego con los españoles.



En vestuario utilizaban el telar de mano usando lana de carnero. Decoraban sus trajes con plumas vistosas.

 

En medios de comunicación usaban la "dalca", especie de lanchón construído con de tres a cinco tablones con los que practicaban una especie de virtuosismo navegante y una intrepidez que asombró a los españoles. Se deplazaban de un lugar a otro sin retroceder jamás ante los embates de estos mares tan cambiantes. Impulsando la dalca con cuatro o seis pares de remos.



Dibujo de Francisco Méndez para sus Diarios.


Cultivaban el campo con arados obteniendo papas, maíz, quina y mangos (especie de cebada). En su dieta combinaban estos vegetales con una gran variedad de pescados y mariscos. Todos sus alimentos los comían cocidos. Para los mariscos se valían del "curanto", cocimiento en hoyo con piedras recalentadas. Para guardar secaban y ahumaban el pescado.


ErcillaDescubrimiento y Conquista:

El primer avistamiento a la zona lo hizo a Alonso de Camargo en 1540, quien observa desde el océano la costa occidental de la Isla Grande. El 8 de noviembre de 1553, Francisco de Ulloa se convierte en el primer español en explorar las costas de la parte norte para dar cuenta de la existencia del archipiélago.
El interés por ocupar las nuevas tierras se concretan el 20 de enero de 1567, por don Martín Ruiz de Gamboa, quien bautiza con el nombre de Nueva Galicia a estas tierras de Chiloé, cuya posesión para la corona española se realiza el 28 de febrero de 1558.

El siglo XVI marca un hito histórico en los habitantes del archipiélago de Chiloé. Las nuevas tierras son dominadas por el colonizador español y se instituye la Encomienda, que consistía en servir, sin retribución alguna, a un encomendero o dueño de las tierras asignadas por el Rey. Se da término a este sistema quince años después de haberse incorporado Chiloé a la Capitanía General de Lima, el 26 de marzo de 1783, situación que perduró hasta 1826, en que dejó de ser el último reducto español en esta parte del sur de América. Se realizaron infructuosas negociaciones con el gobernador Antonio de Quintanilla para que este aprobara la incorporación de Chiloé al territorio de la República de Chile.

 

Mapa Antiguo ChiloéEl fracaso de la expedición del general Freire, a principios de 1824, se constituye en elemento clave para que las negociaciones resulten infructuosas con el Gobernador Quintanilla y así alcanzar la rendición de Chiloé.

El 9 de enero de 1826 se vislumbra la victoria, cuando repartidos en 13 barcos, parten desde Valdivia los soldados chilenos y 70 de estos hombres se toman la batería de Punta Corona.

El ejército chileno llega hasta las playas de Lechagua el 13 de enero, a terminar con la resistencia de las posiciones del gobernador Antonio de Quintanilla, quien no logró evitar el avance de los patriotas hacia el río Pudeto, cuyos soldados chilotes se replegaron hasta la cima del cerro Bellavista donde fueron derrotados.

El 22 de enero de 1826 Chiloé se anexó al territorio chileno con el coronel José Santiago Aldunate como gobernador, dejando así de ser el último reducto español en Sudamérica











En la Actualidad:

Durante décadas su situación de estancamiento confabuló contra su mantención como pueblo. Hoy día, y con el modelo impuesto en todo Chile, Chiloé ha experimentado nuevos cambios en sus sistemas de vida y economía. Nuevas empresas de acuicultura, como las salmoneras, han traído beneficios y también problemas para los isleños.

Chiloé-Palena


Se han alterado ecosistemas muy delicados. La dualidad del desarrollo con sus aspectos positivos y negativos ha golpeado fuerte en Chiloé, pero así como esta época puede chocar con los sistemas antes establecidos, el archipiélago es lo suficientemente flexible como para asimilar cambios y depurar sus contradicciones e integrar todo lo positivo que éstos puedan aportar y, eliminar, a través de un trabajo conjunto de toda la comunidad, aquellos que les son lesivos.

Los chilotes constituyen un pueblo fuerte y trabajador que ha resistido los embates de sucesivas invasiones, resistencia que lejos de amurallarse ha sabido incluir lo mejor de las influencias externas como parte del ser mismo del isleño, manteniento en alto el profundo sentido de la libertad característico del chilote y sus tradiciones culturales, tan ricas y tan variadas.

El optimismo y la fé en un porvenir cada vez mejor, caracterizan la mentalidad de los chilotes. La gran aventura de los mares y los canales, los anchos y abruptos paisajes, los desastres naturales que borran de una plumada millones de años de trabajo de la naturaleza y los hombres, el sentido de la libertad y la defensa de sus tradiciones, son elementos básicos para entender a este pueblo hospitalario y valiente, marítimo y campesino, gente solidaria y de tradiciones.

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