Trazado por los tejuelos chilotes hasta la planicie de Campaña de la Cordillera de Piuchué en el tiempo de los jesuitas (1610-1767) -con el fin de obtener maderos y tejuelas de alerce para la construcción de las iglesias de Chiloé-, y ampliado posteriormente por Pepe Hermellmann hasta alcanzar la desembocadura del río Abtao en la costa occidental de la Isla Grande de Chiloé, el "Sendero al Abtao" permite comunicar el interior de Chiloé con la costa del Oceano Pacífico, atravesando un territorio prístino que pertenece hoy al Parque Nacional Chiloé. Está tan lleno de historias y aventuras de sobrevivencia que constituye por sí mismo un poderoso atractivo para los amantes de la naturaleza y motivó el desarrollo de las excursiones que aquí se describen y las numerosas situaciones de permanente peligro que implican su recorrido a pie por esos recónditos, perdidos y agrestes territorios.
La idea de efectuar un transecto de la Isla de Chiloé, desde el sector de Pid-Pid, unos 15 km al norte de Castro, hasta la desembocadura del río Abtao, situada en la costa occidental junto al Océano Pacífico, obedeció a la necesidad personal de recorrer esos abruptos territorios, poco explorados, despues de haberlos caminado a la edad de 14 años y luego a los 18 años, como un llamado de la naturaleza a repetir la experiencia -dura de esos años-, que de algún modo dejó en mi una profunda huella.
En segundo lugar, permitir que mi hijo Mauricio, de 21 años, tuviera la oportunidad de experimentar más o menos lo mismo que viví hace más de treinta años, cuando yo tenía su juventud y más o menos su misma edad, sabiendo que nos expondríamos juntos a dificultades y peligros en el trayecto, estando a unos 40 kilómetros del ser humano más próximo, pero reconociendo su capacidad física y su inteligencia para resolver rápidamente cualquier problema y sabiendo que esta experiencia dura nos acercaría aún más, enriqueciendo nuestra relación padre-hijo. Se acompaña a lo anterior el hecho que Mauricio es muy aficionado a la pesca, y en el río Abtao la pesca de salmón y robalo goza de cierta fama.
El tercer motivo de esta excursión obedece a la posibilidad de adquirir mayor cantidad de datos sobre la posible ubicación del avión Cessna CC-SNA 172, del Club Aéreo de Ancud, que pudo haber caido en el sector comprendido entre Pid-Pid y la desembocadura del río Abtao, pasando por la altiplanicie de Campaña y la vertiente occidental de la Cordillera de Piuchué, en febrero de 1970, llevando como ocupantes al Sr. Julio Kompatzki Hornickel -conocido comerciante de Ancud y padre de dos de los excursionistas que me acompañaban por tierra en ese entonces-, a don Francisco Díaz Oyarzo, piloto del avión, y al estudiante de últimos cursos de Medicina de la Universidad de Concepción Luis Guerrero Moena, mientras desarrollábamos la segunda de las excursiones mensionadas. Ni el avión ni sus ocupantes jamás fueron encontrados.
Dr. Medardo Urbina Burgos.