En esta oportunidad me ha correspondido el alto honor de presentar al profesor, académico, historiador, el Dr. Don Rodolfo Urbina Burgos, el más reconocido y destacado investigador e historiador insular. Hablar del profesor Urbina es hablar de un chilote distinguido, de un castreño que estima a nuestra ciudad, de un vecino calificado, cuya familia tiene sus profundas raíces sociales en Castro. Para nosotros, como castreños, el tener y considerar a tan importante académico es significativo, un gran orgullo como Alcalde y representante de la comunidad porque sus particulares pergaminos académicos lo hacen merecedor de nuestro reconocimiento.
En el presente es el historiador que más ha trabajado e investigado acerca de Chiloé y su gente, sus numerosas publicaciones han permitido escudriñar la historia colonial y la contemporánea, abriendo un tremendo espacio en la historiografía nacional y colocar a Chiloé como sujeto de la historia en el contexto nacional e internacional. Por su activa labor escritural e investigativa ha sido merecedor de importantes distinciones como el Premio Chiloé de extensión cultural, entre otros, y pertenece a las más relevantes instituciones históricas como miembro de número de la Academia Chilena de Historia, o la Academia de Historia Naval, por mencionar algunas.
Por otra parte, deseo destacar su valioso grado académico de doctor en historia obtenido en España, por Universidad de Sevilla, con una magistral tesis doctoral titulada La Periferia Meridional Indiana, Chiloé en el siglo XVII, el reconocimiento más alto que puede obtener un académico. Además, ejerció docencia en varias universidades, siendo profesor titular de la Universidad Católica de Valparaíso.
Son muchos aspectos de la vida profesional de don Rodolfo Urbina, y podemos abarcar cientos de páginas, sin embargo, es preciso puntualizar dos aspectos que considero fundamentales. El primero es su permanente acercamiento y vecinal con Castro, que es su ciudad, donde se crió, vivió y continúa viajando constantemente en cada ocasión, esto se lo reconocemos porque sentimos el aprecio por esta ciudad y su gente. El segundo aspecto transcendental, es que gran parte de su labor profesional historiográfica lo centra en la historia de Chiloé, abriendo un tremendo conocimiento del pasado y entregando las fuentes necesarias y pertinentes para cada vez consolidar nuevos trabajos que apuntan al rescate histórico local. Que un investigador de su talla tenga como objetivo de sus trabajos a nuestro archipiélago es una variable que tenemos que destacar y reconocer, está entregando un valioso material a las nuevas generaciones que dispondrán de una mayor macicez cultural para analizar, reflexionar y dialogar acerca de Chiloé, su pasado, presente y futuro.
Hoy, nos presenta una nueva publicación, acerca de Castro en los años 50/60, con sus vivencias particulares, una nueva motivación para la lectura y escudriñar sobre la década que tanto dio que hablar a los castreños de entonces. Gracias profesor Urbina por su aporte histórico y ojalá todos los años tengamos la oportunidad de asistir al lanzamiento de un libro acerca de Castro y/o Chiloé a quien tanto Ud. y nosotros queremos.
Al hacer una rápida lectura del libro lo podría resumir como un relato pormenorizado de la sociedad castreña de la época en todos sus ámbitos. En el capítulo de la Juventud liceana me trajo el recuerdo de los gratos momentos allí vividos y recordar a algunos de mis profesores como son Samuel Cohen, Olga Andrade y Megam Watkins, entre otros. En definitiva, creo que este libro debe estar en cada una de las bibliotecas o en las casas de las familias castreñas; para escudriñar la historia reciente de un Castro pueblerino, pequeño y de sencilla existencia.